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Tres cosas sobre el debate del aborto que se entienden mal

Tres cosas sobre el debate del aborto que se entienden mal

De izq. a der., las representantes Maxine Waters, Judy Chu, Nancy Pelosi, Katherine Clark, Caroline Maloney y Sheila Jackson Lee en una marcha en las escalinatas del Capitolio antes que se votaran el Women's Health Protection Act y el Ensuring Women's Right to Reproductive Freedom Act, el 15 de julio de 2022. (Tom Williams/CQ Roll Call via Getty Images)

Tras la decisi贸n de la Corte Suprema de anular el derecho federal al aborto, las cosas est谩n m谩s que confusas.

Mientras los tribunales inferiores lidian con leyes estatales que cambian r谩pidamente, las pacientes tienen que preguntarse de un d铆a para otro si el aborto sigue siendo legal, y, si lo es, si sigue estando disponible en su estado.

Y los profesionales de salud de los estados donde se prohibe el aborto temen ser perseguidos por las autoridades estatales por realizarlos, o por las autoridades federales por NO realizarlos en situaciones de peligro para la vida o la salud.

Incluso los empleadores se ven atrapados entre normas estatales y federales, a veces contradictorias, sobre lo que se puede, lo que no, y lo que debe cubrir el seguro.

Para colmo, en medio de la confusi贸n, hay algunas cosas que simplemente no son ciertas. Aqu铆 tres mitos a desterrar:

MITO #1: La decisi贸n de la Corte Suprema solo afecta a las personas que quieren abortar.

Al eliminar 49 a帽os de pol铆tica federal  establecida, la Corte Suprema ha provocado enormes cambios e incertidumbres que afectan directamente a las mujeres que se quedan embarazadas. Pero no son las 煤nicas cuya atenci贸n m茅dica se ve alterada.

A medida que los proveedores de servicios de aborto hacen las maletas y abandonan los estados con prohibiciones, tambi茅n se llevan la , as铆 como los partos rutinarios, en particular en las zonas menos pobladas, o el acceso a m茅todos anticonceptivos de acci贸n prolongada, y la detecci贸n y el tratamiento del c谩ncer y las enfermedades de transmisi贸n sexual.

Asimismo, es posible que los no quieran formarse en estados en los que no puedan aprender las t茅cnicas de aborto, que suelen ser las mismas que las de la atenci贸n para abortos espont谩neos. Esto podr铆a provocar una escasez de personal formado para ayudar a las pacientes a dar a luz de forma segura, justo cuando m谩s mujeres se ven obligadas a llevar sus embarazos a t茅rmino.

El control de la natalidad tambi茅n se ve afectado, como una consecuencia m谩s o menos intencional. Un dej贸 de distribuir temporalmente la p铆ldora anticonceptiva “del d铆a despu茅s”, que es . Este es otro mito en s铆 mismo: que la p铆ldora del d铆a despu茅s, Plan B, es lo mismo que la p铆ldora abortiva mifepristona.

La primera es una dosis alta de anticonceptivo regular que impide la ovulaci贸n, pero no interrumpe un embarazo existente. La segunda interrumpe un embarazo aproximadamente en las primeras 10 semanas de gestaci贸n.

Y no solo las pacientes con necesidades de atenci贸n reproductiva sufren la incertidumbre. Las personas con lupus y otros trastornos autoinmunes ya informan de la , un medicamento de primera l铆nea para esas dolencias que tambi茅n puede utilizarse como medicamento abortivo.

MITO #2: El Congreso dem贸crata podr铆a haber codificado las protecciones contra el aborto mucho antes, pero decidi贸 no hacerlo.

El 15 de julio, la C谩mara de Representantes vot贸 鈥斺 a favor de un proyecto de ley que codificar铆a efectivamente las protecciones federales al aborto de Roe v. Wade, la decisi贸n de la Corte Suprema de 1973 que garantiz贸 el acceso a este procedimiento.

Desde que esa Corte anul贸 la decisi贸n el mes pasado, los dem贸cratas se han quejado en redes sociales y en otros lugares de que se trata de , cuando los dem贸cratas ten铆an un control m谩s firme de la C谩mara, el Senado y la Casa Blanca.

Pero aunque los dem贸cratas ten铆an una mayor铆a m谩s amplia en el Congreso durante las presidencias de los dem贸cratas Bill Clinton y Barack Obama, el gran n煤mero de dem贸cratas antiabortistas en ambas c谩maras signific贸 que no hubo una mayor铆a para aprobar dicha legislaci贸n, y mucho menos la supermayor铆a de 60 votos que se habr铆a requerido en el Senado.

Pero, en contra de lo que dicen algunos historiadores revisionistas, no se dej贸 de intentar.

En 1992, los l铆deres dem贸cratas prometieron presentar la propuesta de “Libertad de elecci贸n”, un proyecto de ley que habr铆a incluido el derecho al aborto en la legislaci贸n federal, aunque solo fuera para presionar al entonces presidente George H.W. Bush justo antes de la convenci贸n del Partido Republicano.

Al final, el proyecto de ley no lleg贸 ni a la C谩mara ni al Senado, ya que los l铆deres dem贸cratas no pudieron reunir los votos necesarios.

De hecho, desde la sentencia de Roe, la C谩mara de Representantes ha sido m谩s antiabortista que el Senado, en parte porque muchos dem贸cratas de distritos sure帽os y/o conservadores se oponen al aborto (la mayor铆a han sido sustituidos por republicanos), y porque el Senado ha tenido durante mucho tiempo al menos un pu帽ado de republicanos que apoyan el derecho al aborto.

En la actualidad, esto se limita a las senadoras Susan Collins (republicana de Maine) y Lisa Murkowski (republicana de Alaska). La C谩mara de Representantes obtuvo su primera mayor铆a a favor del derecho al aborto en 2019, cuando Donald Trump era presidente.

MITO #3: Ahora, ser铆a sencillo para el Congreso eliminar las restricciones legales al aborto.

Con los dem贸cratas a cargo tanto del Congreso como de la Casa Blanca, pueden simplemente cambiar las leyes existentes que limitan el aborto, seg煤n los activistas. De hecho, en los presupuestos del presidente Joe Biden en 2021 y 2022 , que lleva el nombre de su patrocinador, el fallecido representante Henry Hyde (republicano de Illinois), que ha prohibido la mayor parte de la financiaci贸n federal del aborto desde finales de la d茅cada de 1970.

Pero aunque , los republicanos del Senado volvieron a imponer las restricciones en la redacci贸n final de la medida. Se espera que ocurra lo mismo este a帽o. Los dem贸cratas solo tienen 50 esca帽os en el Senado y necesitan al menos 10 republicanos en cualquier proyecto de ley que se vea amenazado por un filibusterismo (obstruccionismo parlamentario mediante un discurso de larga duraci贸n).

La Enmienda Hyde tambi茅n podr铆a impedir que el gobierno federal permita que las cl铆nicas de aborto funcionen en terrenos federales, como han pedido muchos progresistas. Pero otras pueden poner en riesgo esa posibilidad.

Para complicar a煤n m谩s las cosas, el lenguaje Hyde en el proyecto de ley de gastos del HHS est谩 lejos de ser la 煤nica restricci贸n al aborto incluida en la ley federal. Aunque los defensores del derecho al aborto han rechazado con 茅xito la mayor铆a de los esfuerzos para hacer permanentes estas restricciones, en el ej茅rcito, en las prisiones federales, en el Servicio de Salud Ind铆gena y como prestaci贸n de seguro para los trabajadores federales. El Congreso tambi茅n ha limitado la capacidad del para usar fondos de los impuestos locales en el aborto.

Es posible que la revocaci贸n de Roe lleve a la anulaci贸n de algunas de estas restricciones. Pero con la escasa mayor铆a dem贸crata en el Senado, no es probable, al menos en 2022.