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Peligran avances contra el VIH por la lucha contra covid, en especial en el sur del pa铆s

Brooke Parker, organizador de Solutions Oriented Addiction Response muestra un kit para la prueba de VIH en Charleston, West Virginia, en marzo. Se espera que aumenten los brotes de VIH/SIDA, mientras los recursos para el VIH se derivan para la lucha contra la pandemia de covid-19, atrasando y a veces interrumpiendo por completo tratamientos cr铆ticos del VIH. (AP Photo/John Raby)

Ante el asedio del coronavirus durante un a帽o, las defensas de otra guerra m谩s antigua est谩n bajando.

Durante las dos 煤ltimas d茅cadas, el VIH/Sida se ha mantenido a raya gracias a potentes f谩rmacos antivirales, agresivas pruebas de detecci贸n e ingeniosas campa帽as de educaci贸n p煤blica.

Pero la pandemia de coronavirus ha sido disruptiva en casi todos los aspectos de esa batalla, deteniendo a los equipos de alcance comunitario, reduciendo dr谩sticamente las pruebas y desviando a personal de laboratorios y centros m茅dicos.

El impacto exacto de una pandemia sobre la otra todav铆a est谩 por evaluarse, pero los datos preliminares inquietan a expertos que hasta hace poco celebraban los enormes avances en el tratamiento del VIH.

Las cl铆nicas han limitado o cancelado las visitas en persona y han suspendido las pruebas rutinarias de detecci贸n del VIH en las consultas m茅dicas y en .

Los m茅dicos recurren a las videollamadas con los pacientes, una alternativa in煤til para quienes no tienen hogar o temen que sus familiares descubran su estatus de VIH.

Se ha suspendido el env铆o de furgonetas de pruebas r谩pidas, que antes estacionaban delante de clubes nocturnos y bares, y repart铆an condones. En las grandes ciudades y en los condados, los expertos han puesto toda su atenci贸n en la respuesta contra covid.

Las consecuencias son evidentes: report贸 700,000 pruebas menos de detecci贸n del VIH 鈥攗n descenso del 45%鈥 y 5,000 diagn贸sticos menos entre marzo y septiembre de 2020, en comparaci贸n con el mismo periodo del a帽o anterior.

Las recetas de PrEP, una profilaxis previa a la exposici贸n que previene la infecci贸n por VIH, tambi茅n han disminuido considerablemente, seg煤n una presentada en una conferencia el marzo. Los investigadores y los departamentos estatales de salud p煤blica han registrado un descenso igualmente pronunciado de las pruebas de detecci贸n.

La escasez de nuevos datos ha llevado a una situaci贸n sin precedentes: por primera vez en d茅cadas, el alabado sistema de vigilancia del VIH del pa铆s no puede ver el movimiento del virus.

“Es una situaci贸n muy grave”, dijo el doctor Carlos del R铆o, profesor de medicina de la Universidad Emory en Atlanta y director del . “Habr谩 que evaluar los da帽os”.

Aunque el cambio de prioridades ocurre en todo el pa铆s, los retrasos en las pruebas y el tratamiento conllevan graves riesgos en los estados del sur, que son ahora el epicentro de la epidemia de VIH del pa铆s.

El sur representa el .

Incluso antes de la pandemia, Georgia ten铆a la mayor tasa de nuevos diagn贸sticos de VIH de todos los estados, despu茅s de Washington, DC. El Departamento de Salud P煤blica de Georgia registr贸 un descenso del 70% en las pruebas la pasada primavera, en comparaci贸n con 2019.

La desaceleraci贸n de los servicios para pacientes con VIH “podr铆a sentirse durante a帽os”, se帽al贸 la doctora Melanie Thompson, investigadora principal del Consorcio de Investigaci贸n del Sida de Atlanta.

Thompson a帽adi贸 que “cada nueva infecci贸n por VIH perpet煤a la epidemia y probablemente se transmitir谩 a una o m谩s personas en los pr贸ximos meses si no se diagnostica a las personas y se les ofrece tratamiento”.

Las pruebas de detecci贸n del coronavirus se han apoderado de los aparatos que antes se utilizaban para las pruebas del VIH/sida, lo que ha dificultado a煤n m谩s los esfuerzos de vigilancia.

Las m谩quinas de reacci贸n en cadena de la polimerasa 鈥攐 PCR鈥, utilizadas para detectar y medir el material gen茅tico del virus de la inmunodeficiencia humana, son las mismas m谩quinas que realizan las pruebas covid las 24 horas del d铆a.

Durante d茅cadas, a medida que el VIH se alejaba de ciudades costeras como San Francisco, Los 脕ngeles y Nueva York, echaba ra铆ces en el sur, donde la pobreza es end茅mica, la falta de cobertura sanitaria es habitual y el estigma del VIH es omnipresente.

“El estigma es real. Existe un racismo heredado”, afirm贸 el doctor Thomas Giordano, director m茅dico del Centro de Salud Thomas Street de Houston, una de las mayores cl铆nicas de VIH en Estados Unidos.

Los l铆deres pol铆ticos del estado consideran el VIH como “una enfermedad de los pobres, de los negros, de los latinos y de los homosexuales. Simplemente, no se considera algo que afecte a los grupos dominantes a nivel estatal”, agreg贸.

Los hombres de raza negra representan el 12% de la poblaci贸n estadounidense, pero son el 42% de las personas que viven con VIH y cuatro de cada 10 muertes relacionadas con el VIH.

Las cl铆nicas de VIH que atienden a pacientes de bajos ingresos tambi茅n han enfrentado limitaciones en el uso de citas por video y tel茅fono. Los directores de las cl铆nicas dicen que los pacientes pobres carecen de planes de llamadas y que los que no tienen hogar simplemente no tienen tel茅fonos. Tambi茅n tienen que lidiar con el miedo. “Si un amigo te ofrece una habitaci贸n para dormir y tu amigo se entera de que tienes VIH, puedes perder ese lugar para dormir”, dijo del R铆o.

La porosa red de seguridad se extiende al seguro m茅dico, una necesidad vital para quienes viven con VIH. Casi la mitad de los estadounidenses sin cobertura sanitaria viven en el sur, donde muchos estados no han ampliado el Medicaid bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). Eso hace que muchas personas con VIH dependan del Programa federal contra el VIH/ SIDA Ryan White y de los programas estatales de asistencia para medicamentos (ADAPs), que ofrecen una cobertura limitada.

鈥淐omo una cuesti贸n de equidad, el seguro es fundamental para que las personas vivan y prosperen con VIH鈥, dijo Tim Horn, director de acceso a la atenci贸n m茅dica de la Alianza Nacional de Directores de SIDA Estatales y Territoriales (NASTAD). Ryan White y ADAP 鈥渘o est谩n equipados para brindar una amplia gama de atenci贸n integral鈥, dijo.

Roshan McDaniel, directora del programa ADAP de Carolina del Sur, dijo聽 que el 60% de los habitantes de Carolina del Sur inscritos en ADAP calificar铆an si su estado ampliara Medicaid. 鈥淟os primeros a帽os lo pensamos鈥, dijo McDaniel. “Ni siquiera pensamos en eso hoy en d铆a”.

La inscripci贸n en el programa Ryan White aument贸 durante los primeros meses de la pandemia cuando las econom铆as estatales se congelaron y los estadounidenses se replegaron en medio de una pandemia aplastante. Y los datos de los departamentos de salud estatales reflejan el aumento esta necesidad.

En Texas, la inscripci贸n en el programa estatal de medicamentos contra el SIDA aument贸 un 34% de marzo a diciembre de 2020. En Georgia, la inscripci贸n aument贸 un 10%. Los funcionarios estatales de salud atribuyen el aumento de la inscripci贸n a la p茅rdida de empleos relacionada con la pandemia, especialmente en los estados que no expandieron Medicaid.

El tratamiento antirretroviral, el c贸ctel de f谩rmacos que suprime la cantidad de virus en el cuerpo y previene desarrollar SIDA, cuesta hasta $36,000 al a帽o, y las interrupciones de la medicaci贸n pueden provocar mutaciones virales y resistencia a los medicamentos.

Pero calificar para la asistencia estatal es dif铆cil: la aprobaci贸n puede demorar hasta dos meses y la documentaci贸n faltante puede dar lugar a la cancelaci贸n de la cobertura. Los expertos federales en salud dicen que los estados del sur en general se han quedado atr谩s en cuanto a la atenci贸n m茅dica y la supresi贸n de las cargas virales de los pacientes, y las personas con infecciones por VIH tienden a pasar m谩s tiempo sin ser diagnosticadas comparado con otras regiones.

En Georgia, por ejemplo, casi una de cada 4 personas que se enteraron de que estaban infectadas desarrollaron SIDA en un a帽o, lo que indica que sus infecciones no hab铆an sido diagnosticadas durante mucho tiempo. A medida que las vacunas est谩n ampliamente disponibles y las restricciones disminuyen, los directores de las cl铆nicas de VIH est谩n revisando sus listas de pacientes para determinar a qui茅n deben ver primero.

鈥淓stamos viendo a las personas que no nos han visto en m谩s de un a帽o. Creemos que son m谩s de varios cientos. 驴Se mudaron? 驴Cambiaron de proveedores? ” dijo Carlo, el m茅dico y director ejecutivo de atenci贸n m茅dica en Dallas. “No sabemos cu谩les ser谩n las consecuencias a largo plazo”.

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