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De auto en auto y de puerta en puerta para vacunar a los m谩s desprotegidos

El doctor Marx Genovez, m茅dico de familia, prepara el brazo de Guadalupe Neri para una vacuna de covid-19 en la cl铆nica de vacunaci贸n emergente de El Sol Neighborhood Educational Center, el 19 de marzo, en Adelanto, California. Neri conoce a varios amigos que han dado positivo para covid. Dijo que si no hubiera sido por este evento no hubiera sabido en d贸nde vacunarse. (Anna Almendrala/KHN)

ADELANTO, California. – Leonor Garc铆a sostuvo su carpeta cerca de su pecho y golpe贸 la ventana del auto con los nudillos. Hab铆a docenas de veh铆culos alineados en un tramo tranquilo de la carretera en Adelanto, California, una peque帽a ciudad cerca del borde suroeste del desierto de Mojave. El conductor estaba esperando que la fila del banco de alimentos comenzara a moverse y baj贸 la ventanilla del pasajero lo suficiente para escuchar a Garc铆a.

La mujer dijo en espa帽ol: “隆Buenos d铆as! 隆Hoy estamos aqu铆 para hablar sobre covid-19! 驴Tienes un minuto?.

Despu茅s de una breve conversaci贸n, Garc铆a supo que el hombre no ten铆a conexi贸n a Internet ni tel茅fono propio, pero ten铆a 66 a帽os y quer铆a recibir la vacuna. Hab铆a ido a una farmacia en persona, pero ya no hab铆a dosis por ese d铆a.

Garc铆a anot贸 su nombre y el n煤mero de tel茅fono de un amigo, para poder comunicarse con el conductor m谩s tarde sobre una cl铆nica m贸vil de vacunas que El Sol Neighborhood Educational Center, estaba organizando para la remota y des茅rtica ciudad, en alg煤n momento de abril.

Luego pas贸 al siguiente coche. Y al siguiente. Cuando la fila comenz贸 a moverse, ella y su compa帽era, la trabajadora de salud Erika Marroqu铆n, corrieron arriba y abajo por la acera, anotando nombres, n煤meros de tel茅fono y condiciones preexistentes. Era el primer d铆a templado y soleado que la regi贸n del High Desert hab铆a visto en semanas, y el ejercicio las hac铆a sudar.

Leonor Garc铆a, trabajadora de El Sol Neighborhood Educational Center, habla con conductores que esperan para recibir comida de un banco de alimentos en Adelanto, California, el 17 de marzo. Adem谩s de informar a las personas sobre la vacuna contra covid, ella y sus colegas les preguntan si necesitan ayuda con salud mental y con sus rentas. (Anna Almendrala/KHN)

Despu茅s de 90 minutos, se termin贸 el banco de alimentos del d铆a, y Garc铆a y Marroqu铆n hab铆an hablado con personas en 54 autos. Encontraron a seis ansiosas por la vacuna covid y elegibles de inmediato. Otras 10 quer铆an estar en lista de espera de dosis sobrantes.

Como en muchos estados, la implementaci贸n de la vacunaci贸n en California ha sido lenta y ca贸tica. M谩s de en el estado m谩s poblado del pa铆s han sido vacunados al menos parcialmente, mientras que otros 5,6 millones est谩n completamente vacunados.

El 15 de abril, todos los adultos de California ser谩n elegibles para inscribirse para recibir una vacuna y, a principios del verano, el objetivo es tener suficientes dosis para cualquier adulto que la quiera.

Pero el pa铆s necesita llevar la para evitar que el virus se propague f谩cilmente, un nivel llamado inmunidad colectiva por los expertos en enfermedades infecciosas. Una figura que asume que la poblaci贸n es homog茅nea en t茅rminos de vacunaci贸n.

Es por eso que la capacidad del estado para evitar otro aumento de covid puede depender de personas como Garc铆a y Marroqu铆n, trabajadores de salud comunitarios que corren contra el tiempo realizando una tarea intensa, para evitar que grupos de poblaciones con bajas tasas de vacunaci贸n en comunidades remotas o aisladas se conviertan en un polvor铆n para una nueva oleada de covid.

“Cuando hay zonas geogr谩ficas o grupos sociales no vacunados, realmente se arruina la inmunidad colectiva”, dijo Daniel Salmon, director del Instituto para la Seguridad de las Vacunas de la Escuela de Salud P煤blica Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.

Los en los Estados Unidos en los 煤ltimos a帽os proporcionan un ejemplo aleccionador. La cobertura de vacunas a nivel estatal y nacional es bastante alta, “pero luego tienes estas comunidades donde mucha gente rechaza las vacunas, aparece sarampi贸n importado y se genera un brote”, dijo Salmon.

Los brotes han afectado a ciertas comunidades jud铆as ortodoxas en Nueva York, inmigrantes somal铆es en Minnesota, y zonas acomodadas del sur de California donde viven padres que est谩n en contra de las vacunas.

El coronavirus que causa covid sigue circulando ampliamente en California, aunque a niveles mucho m谩s bajos que hace dos meses. El virus, especialmente una variante cada vez m谩s com煤n y m谩s contagiosa, podr铆a atravesar f谩cilmente comunidades vulnerables con bajos niveles de inmunidad.

En Adelanto, donde el 29% de los residentes vive en la pobreza, se hab铆a vacunado por completo al 20 de marzo.

Al 26 de marzo, la mayor铆a de las m谩s de 15.9 millones de dosis de vacunas distribuidas desde diciembre se hab铆an destinado a los lugares .

Residentes de la regi贸n de High Desert, hacen fila en el Centro Cristiano Luz y Esperanza, en Adelanto, para recibir la segunda dosis de la vacuna contra covid, en un evento de vacunaci贸n el 19 de marzo. Las otras filas son para personas que esperan por su segunda dosis, o por remanentes de vacunas. (Anna Almendrala/KHN)

Las organizaciones comunitarias sin fines de lucro y las iglesias est谩n clamando por m谩s fondos, y confianza, para llevar la vacuna hasta la 煤ltima milla, a las personas a las que han estado sirviendo durante a帽os.

El 茅xito de El Sol en vacunar a las poblaciones negras, latinas y otras poblaciones subrepresentadas desacredita la idea de que estos grupos no recibir谩n la vacuna, dijo Juan Carlos Belliard, vicepresidente asistente de asociaciones comunitarias de Loma Linda University Health, en el condado de San Bernardino.

Loma Linda est谩 colaborando con El Sol para dotar de personal y proporcionar dosis para las cl铆nicas. Las personas que se presentan est谩n listas para recibir la vacuna, aunque algunas dudan un poco, coment贸.

“No son como nuestra gente de clase media que literalmente est谩 llorando por la vacuna”, dijo Belliard. “Estas personas todav铆a est谩n nerviosas pero se han logrado remover muchas otras barreras”.

Personal y estudiantes de Loma Linda University Health del condado de San Bernardino, gu铆an a las personas para que se vacunen en el evento de El Sol. Se usaron formularios de papel para que las personas no tuvieron que usar una computadora. Cuando termin贸 el evento, el equipo de la cl铆nica subi贸 toda la informaci贸n al sistema manualmente. (Anna Almendrala/KHN)

Los trabajadores comunitarios de El Sol fueron financiados por un esfuerzo combinado de $52,7 millones de fondos estatales y filantr贸picos que proporcionaron subvenciones a 337 organizaciones consideradas “mensajeras de confianza” en sus comunidades.

El dinero fue enviado a grupos como El Sol que ten铆an antecedentes probados de caminar los vecindarios, de casa en casa, para el registro de votantes o encuestas del Censo.

El Sol recibi贸 $120,000 de la iniciativa p煤blico-privada para apoyar sus esfuerzos educativos y de divulgaci贸n general para la vacunaci贸n contra covid. Pero el grupo no sab铆a si obtendr铆a alg煤n reembolso por los eventos m贸viles de vacunaci贸n que organiz贸 en el condado de San Bernardino, dijo Alex Fajardo, su director ejecutivo.

El Sol llev贸 a cabo un evento de vacunaci贸n el 17 de febrero en el Centro Cristiano Luz y Esperanza, una iglesia ubicada junto a una autopista de dos carriles en Adelanto, bordeada por desierto.

El personal m茅dico, los estudiantes y las vacunas llegaron desde Loma Linda University Health, a una hora de distancia, para vacunar a 250 personas, y regresaron un mes despu茅s para darles su segunda dosis.

Rosa Hern谩ndez (izq.) y su hija Patricia P茅rez recibieron sus segundas dosis de la vacuna contra covid en la cl铆nica de El Sol el 19 de marzo, y esperaron los 15 minutos requeridos antes de regresar a Hesperia, California. Hern谩ndez es una sobreviviente de c谩ncer y su esposo luch贸 con un caso severo de covid en junio. Afortunadamente, nadie m谩s en su hogar de siete miembros se enferm贸. (Anna Almendrala/KHN)

Rosa Hern谩ndez, de 69 a帽os, y Patricia P茅rez, de 47, madre e hija, estuvieron entre las que recibieron sus vacunas en el Centro Cristiano.

El padre de P茅rez, que trabaja en el departamento de l谩cteos de un supermercado, se enferm贸 de covid en junio y no pudo regresar al trabajo durante seis meses. Nadie m谩s en la familia de siete miembros result贸 positivo, pero Rosa Hern谩ndez es una sobreviviente de c谩ncer y su hija estaba preocupada por ella.

A pesar de las m煤ltiples llamadas a una l铆nea telef贸nica del condado, P茅rez no hab铆a podido hacer una cita para su madre. La conexi贸n a Internet de la familia, en la cercana ciudad de Hesperia, es irregular y P茅rez no pod铆a navegar por los sitios web ni encontrar informaci贸n en espa帽ol, el idioma con el que se siente m谩s c贸moda.

Aprovech贸 la oportunidad cuando se enter贸 del evento de El Sol a trav茅s de alguien de su iglesia. P茅rez tambi茅n logr贸 obtener una dosis adicional para ella despu茅s de que una cita fuera cancelada. Ahora ambas est谩n completamente vacunadas, dijo P茅rez, y no hubiera sucedido sin El Sol.

El grupo planea hacer tres ventanas emergentes de vacunaci贸n m谩s en el 谩rea de High Desert. Pero el apoyo futuro para sus cl铆nicas, el alcance de las vacunas y la educaci贸n son inciertos, dijo Fajardo.

“驴Qu茅 va a pasar despu茅s?”, expres贸. 鈥淐uando te necesitamos, te pagamos. Cuando no te necesitemos, adi贸s”.

“Esa es una evaluaci贸n muy justa”, dijo Susan Watson, directora de programas de la iniciativa Together Toward Health del Public Health Institute, el financiador filantr贸pico detr谩s de parte del trabajo de El Sol. “Aqu铆 hay una oportunidad para que la gente piense en el futuro y en c贸mo hacemos las cosas, que no necesariamente deja a los grupos comunitarios fuera, a los que solo se usa cuando hay una emergencia”.

El doctor Marx Genovez inyecta a Guadalupe Neri con la vacuna de covid. (Anna Almendrala/KHN)

Community Coalition, una organizaci贸n sin fines de lucro del sur de Los 脕ngeles fundada en 1990, tambi茅n recibi贸 subvenciones de la asociaci贸n p煤blico-privada para crear conciencia sobre las vacunas de covid, pero no fondos adicionales para entregar vacunas a la gente.

A煤n as铆, moviliz贸 al personal para tocar puertas, enviar mensajes de texto y correo electr贸nico a las personas elegibles para que asistieran a un evento de vacunaci贸n emergente de dos semanas en un parque del vecindario a principios de marzo: 4,487 personas recibieron su primera dosis, dijo Corey Matthews, jefe de operaciones del grupo.

El doctor Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos del estado, prometi贸 proporcionar m谩s dinero para los grupos que est谩n vacunando a sus comunidades. 鈥淓ste no es un trabajo voluntario鈥, le dijo a KHN en una rueda de prensa. “Este es un trabajo real, y quiero ser parte del equipo que lo hace realidad para todos”.

Barbara Ferrer, directora del Departamento de Salud P煤blica del condado de Los 脕ngeles, se hizo eco de ese sentimiento. “Estaban all铆 antes de que comenzara la pandemia, han estado all铆 todo el tiempo durante la pandemia y estar谩n aqu铆 mucho despu茅s de la pandemia”, dijo.

Ya sea que esas promesas se mantengan o no, los grupos comunitarios dicen que quieren ser parte del esfuerzo de vacunaci贸n.

鈥淚ncluso si no nos dan dinero, seguiremos haciendo el trabajo鈥, afirm贸 Fajardo.

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